Qué día es hoy?
¿Cómo se define lunes?
¿Qué es un jueves?
¿Cómo es el sábado?
¿Con qué significantes se vincula cada día en el imaginario colectivo?
¿Cómo se define hoy?
¿Qué es un jueves?
¿Cómo es el sábado?
¿Con qué significantes se vincula cada día en el imaginario colectivo?
¿Cómo se define hoy?
Sobre estos temas tratarán muchas de las piezas de videoarte que podremos ver el sábado 2 de octubre en Ésta es una Plaza a partir de las 20.00.
Esperamos veros...
VIDEOARTWORLD PRESENTA LA MUESTRA
DE ARTE AUDIOVISUAL:
· DE HUMOR PARA HOY ·
(In the mood for today)
Comisariado por Macu Morán
2 sedes paralelas (Madrid - Nueva York)
PROYECCIÓN INAUGURAL:
ESTA ES UNA PLAZA
c/ Doctor Fourquet, 24, Madrid
Sábado 2 de Octubre (20hs)
En muestra: del 11 al 17 de Octubre (20.30hs)
BIG SCREEN PROJECT
Pantalla de 10 x 6 metros
Sexta Avenida entre calles 29 y 30
Manhattan, Nueva York
En muestra: del 11 al 31 de Octubre
El tiempo, implacable. Defecto y virtud de los mortales. Esa cuarta dimensión que domina abstracta e intangiblemente la existencia y nos determina como fugaces seres vivos. Magnitud vital, que compartimos y nos une, poniendo de acuerdo todas las culturas para estructurarlo con idénticas unidades de medida, segundos y horas, días y semanas, meses y años.
La humanidad tomó consciencia de la temporalidad con la más básica observación de la naturaleza. La rotación de la tierra sobre su propio eje fijó nuestros días y nuestras noches. El movimiento de traslación de la Tierra alrededor del sol describió los años y el ciclo y las fases lunares nuestras semanas y meses. Después tan sólo fue cosa de nombrarlos. Pero cómo?
La visión antropocéntrica concretiza sistemas de referencia que nos permiten tomar consciencia del tiempo. Esta sutil y etérea noción del tiempo, es tan particular como lo es la percepción de infinitas sucesiones de instantes en cada individuo, pero también es y ha sido transferible.
El tiempo y su noción cruzan fronteras, lenguajes, percepciones, ideas, vinculando al crisol de culturas con esa fragmentación cíclica ideada por y para el hombre en su incansable deseo por controlar lo incontrolable.
Esta muestra trata de prestar atención y realzar el interesante vínculo transcultural de las unidades temporales diarias y su noción semántica, rescatando los pocos, pero profundos significantes de cada día, compartidos en diversas lenguas, tal vez imperceptiblemente anclados en la consciencia colectiva, pero ya casi olvidados.
El visitante se sumergiría en una envolvente recreación virtual referida a la semántica de la nomenclatura designada a cada día de la semana. Partiendo de la extendida concepción etimológica de la cultura Greco-romana, se hace hincapié en los conceptos que sorprendentemente guarda en común con otras distantes y numerosas culturas del mundo, en su referencia al mismo día.
Este intento por caracterizar la identidad de cada día y desvelar su personalidad en el imaginario colectivo, ampliaría la perspectiva del visitante en su noción del día en el que se vive, al percibir esa transcendencia conceptual histórica.
Con esta directriz, la muestra tiene un carácter lúdico con aire ensoñador. El sentido de la muestra, con nuevas obras cada día de la semana, invita al visitante a volver en los días consecutivos para apreciar el hilo conductor de cada selección. La muestra no varía en forma pero sí en contenido y ambientación, proponiendo al espectador averiguar cual es el humor de cada día.
La muestra en la sede de Madrid, pretende trasladar alegóricamente al visitante a otro cuerpo celeste distante de la tierra. Este planeta, satélite o estrella ha sido asociado etimológicamente con el día de la semana en que nos encontramos, desde los orígenes de numerosas culturas ancestrales. Las noches estrelladas, combinadas con suelo arenoso y humo envolvente con diferentes iluminaciones cromáticas:
De esta forma, el lunes se recrea el satélite Lunar mediante luz blanca. El martes, Marte, con iluminación rojiza. El miércoles, Mercurio, con tonalidad verdosa. El jueves, Júpiter, con luz naranja. El viernes, Venus, con iluminación azul. El sábado cromática marrón para recrear Saturno y el domingo un amarillo brillante evocaría la estrella Solar.
Las piezas de arte audiovisual seleccionadas por su temática, invitan a vislumbrar conceptos que también han sido relacionados con las divinidades de los astros que rigen ese día de la semana en concreto.
En sala la proyección se refleja en su pared opuesta mediante pedazos de espejo, en metáfora de la distorsión que el mensaje proyectado experimenta al entrar en reflexión, permitiendo a la audiencia, elegir entre la proyección original u orientarse para ver el propuesto reflejo distorsionado de la misma.
La exposición sin duda invita al visitante a pararse a percibir la sensación que cierto día de la semana parece emitir, en este análisis etimológico y semántico, y dilucidar acerca de su propio sentir al respecto.
Cinco artistas diferentes participarían cada día en el ciclo de proyecciones monocanal seleccionadas. El videoarte, arte basado en tiempo, es ideal en este contexto, como medio de expresión artístico que incorpora íntimamente la dimensión temporal. Gracias a su destacada particularidad se enfatiza la inserción del tiempo como parte activa en el universo de las percepciones, multiplicando la experiencia artística con incalculables impactos visuales que coreografían en el espectador una alargada sensación final. Ideas y sensaciones se proyectan en fotogramas tan efímeros como el instante en que vivimos.
El tiempo ni se detiene, ni se repite, estando intrínsecamente vinculado al cambio. Lo que es, ya no será, lo que fue, ya no es. Debido al pragmatismo que requiere vivir en un mundo tangible, repartimos nuestro tiempo en días, y la humanidad describe así infinitos lunes, infinitos martes, infinitos miércoles, infinitos jueves, infinitos viernes, infinitos sábados, infinitos domingos… La vida, finita e infinita a la vez, niega su fin, acepta el ciclo y continúa.
La humanidad tomó consciencia de la temporalidad con la más básica observación de la naturaleza. La rotación de la tierra sobre su propio eje fijó nuestros días y nuestras noches. El movimiento de traslación de la Tierra alrededor del sol describió los años y el ciclo y las fases lunares nuestras semanas y meses. Después tan sólo fue cosa de nombrarlos. Pero cómo?
La visión antropocéntrica concretiza sistemas de referencia que nos permiten tomar consciencia del tiempo. Esta sutil y etérea noción del tiempo, es tan particular como lo es la percepción de infinitas sucesiones de instantes en cada individuo, pero también es y ha sido transferible.
El tiempo y su noción cruzan fronteras, lenguajes, percepciones, ideas, vinculando al crisol de culturas con esa fragmentación cíclica ideada por y para el hombre en su incansable deseo por controlar lo incontrolable.
Esta muestra trata de prestar atención y realzar el interesante vínculo transcultural de las unidades temporales diarias y su noción semántica, rescatando los pocos, pero profundos significantes de cada día, compartidos en diversas lenguas, tal vez imperceptiblemente anclados en la consciencia colectiva, pero ya casi olvidados.
El visitante se sumergiría en una envolvente recreación virtual referida a la semántica de la nomenclatura designada a cada día de la semana. Partiendo de la extendida concepción etimológica de la cultura Greco-romana, se hace hincapié en los conceptos que sorprendentemente guarda en común con otras distantes y numerosas culturas del mundo, en su referencia al mismo día.
Este intento por caracterizar la identidad de cada día y desvelar su personalidad en el imaginario colectivo, ampliaría la perspectiva del visitante en su noción del día en el que se vive, al percibir esa transcendencia conceptual histórica.
Con esta directriz, la muestra tiene un carácter lúdico con aire ensoñador. El sentido de la muestra, con nuevas obras cada día de la semana, invita al visitante a volver en los días consecutivos para apreciar el hilo conductor de cada selección. La muestra no varía en forma pero sí en contenido y ambientación, proponiendo al espectador averiguar cual es el humor de cada día.
La muestra en la sede de Madrid, pretende trasladar alegóricamente al visitante a otro cuerpo celeste distante de la tierra. Este planeta, satélite o estrella ha sido asociado etimológicamente con el día de la semana en que nos encontramos, desde los orígenes de numerosas culturas ancestrales. Las noches estrelladas, combinadas con suelo arenoso y humo envolvente con diferentes iluminaciones cromáticas:
De esta forma, el lunes se recrea el satélite Lunar mediante luz blanca. El martes, Marte, con iluminación rojiza. El miércoles, Mercurio, con tonalidad verdosa. El jueves, Júpiter, con luz naranja. El viernes, Venus, con iluminación azul. El sábado cromática marrón para recrear Saturno y el domingo un amarillo brillante evocaría la estrella Solar.
Las piezas de arte audiovisual seleccionadas por su temática, invitan a vislumbrar conceptos que también han sido relacionados con las divinidades de los astros que rigen ese día de la semana en concreto.
En sala la proyección se refleja en su pared opuesta mediante pedazos de espejo, en metáfora de la distorsión que el mensaje proyectado experimenta al entrar en reflexión, permitiendo a la audiencia, elegir entre la proyección original u orientarse para ver el propuesto reflejo distorsionado de la misma.
La exposición sin duda invita al visitante a pararse a percibir la sensación que cierto día de la semana parece emitir, en este análisis etimológico y semántico, y dilucidar acerca de su propio sentir al respecto.
Cinco artistas diferentes participarían cada día en el ciclo de proyecciones monocanal seleccionadas. El videoarte, arte basado en tiempo, es ideal en este contexto, como medio de expresión artístico que incorpora íntimamente la dimensión temporal. Gracias a su destacada particularidad se enfatiza la inserción del tiempo como parte activa en el universo de las percepciones, multiplicando la experiencia artística con incalculables impactos visuales que coreografían en el espectador una alargada sensación final. Ideas y sensaciones se proyectan en fotogramas tan efímeros como el instante en que vivimos.
El tiempo ni se detiene, ni se repite, estando intrínsecamente vinculado al cambio. Lo que es, ya no será, lo que fue, ya no es. Debido al pragmatismo que requiere vivir en un mundo tangible, repartimos nuestro tiempo en días, y la humanidad describe así infinitos lunes, infinitos martes, infinitos miércoles, infinitos jueves, infinitos viernes, infinitos sábados, infinitos domingos… La vida, finita e infinita a la vez, niega su fin, acepta el ciclo y continúa.