Ubicado en uno de los espacios más emblemáticos de Madrid, Esta es una Plaza no es solo un huerto urbano, sino un espacio comunitario que lleva casi cuatro años ofreciendo un lugar de encuentro lleno de actividades culturares, educativas y terapéuticas.
El origen del proyecto se encuentra en un taller sobre reutilización temporal de solares urbanos que organizó la Casa Encendida en el año 2008, y al que invitó a la empresa cultural milanesa Esterni. Con un presupuesto de 5.000 €, Esterni transformó un solar situado en el barrio de Lavapies que había cedido el Auntamiento de Madrid en un espacio público que incluía un teatro, una zona con hamacas para relajarse, un campo de futbol y badminton, una zona para realizar comidas comunitarias, y por supuesto, un huerto urbano.
Esta primera etapa del proyecto terminó en mayo de 2009 con la entrada de una excavadora que, por orden del Ayuntamiento de Madrid, arrasó los más de 1.500 metros cuadrados de lo que ya era un espacio colectivo en este barrio que apenas cuenta con espacios verdes y zonas infantiles. Después de múltiples actos por parte del vecindario para reclamar la continuidad del proyecto y tras una reunión del colectivo con representantes del Área de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Madrid, que accedió a ceder el solar de manera temporal, Esta es una Plaza abrió de nuevo sus puertas en agosto de 2009 para comenzar a reconstruirse desde cero.
El huerto urbano
Entre las actividades que tienen lugar en este plaza, una de las que cuenta con mayor éxito es el huerto comunitario según manifiesta Jaime, uno de los voluntarios más veteranos de este proyecto. A diferencia de otras actividades, en el huerto se trabaja de forma ordenada siguiendo un calendario de tareas hortícolas tales como siembra, poda y recogida, que coordinan y documentan tres voluntarias. El huerto se mantiene gracias a la la existencia de un grupo estable que se reune los miércoles y los domingos para llevar a cabo las labores habituales de huerto. Además, el grupo cuenta con la ayuda de otras personas que colaboran con menor regularidad, cada una según lo permiten sus circunstancias personales, pero en cualquier caso recalca Jaime, todas las actividades se llevan a cabo de forma absolutamente voluntaria.
En cuanto a la producción, no existe un control exhaustivo sobre la cosecha, que se suele distribuir entre quienes trabajan la huerta, aunque también se utiliza como pretexto para organizar comidas vecinales dentro de este espacio colectivo.
Además de las tareas habituales de huerto, el colectivo de Esta es una Plaza utiliza este espacio verde con fines educativos. Para ello organiza a menudo actividades formativas como talleres de compostaje, semillado, talleres de huerto para niños y niñas. El huerto proporciona también un terreno en el que experimentar otras modalidades de cultivo, como el jardín seco que se ha creado este año, compuesto de plantas autóctonas que no requieran más agua que la que proporcione la lluvia. En cualquier caso, el principal objetivo que se persigue es el intercambio de conocimientos, asegura Jaime.
Otras actividades
Esta es una plaza se ha convertido en un destacado recurso social dentro del barrio de Lavapiés debido a la variedad de actividades culturales, educativas y lúdicas que se desarrollan dentro de este espacio: funciones de teatro, sesiones de cine, clases de movimiento expresivo, Tejemaneje Sessions, comunmente conocidas como sesiones de costura, talleres para aprender a construir mobiliario o taller de reparación y reciclaje de bicicletas son ejemplos de los numerosos usos que se dan a lo que fue un solar abandonado. Los más pequeños, además de disponer de su propio bancal dentro del huerto comunitario y de zonas adaptadas para el juego, tienen la posibilidad de asistir a numerosos talleres educativos, todo ello en un barrio que no cuenta con zonas pensadas para ellos.
Como recurso terepéutico, Esta es una Plaza constituye un punto de acogida a diversos grupos que, acompañados de monitores y educadores, se benefician de sus instalaciones. Fernando Campos, médico de atención primaria, "receta" una visita al huerto a sus pacientes, especialmente a los mayores, a los que acompaña con el propósito de ayudarles a socializar puesto que, asegura, ayuda a mejorar su salud. Fernando considera un error que sólo se tenga en cuenta los recursos terapéuticos que proporciona la Seguridad Social pudiendo aprovechar recursos sociales como los que proporcionan lugares como este.
El futuro del proyecto
Por el momento, el futuro de esta iniciativa vecinal es incierto, ya que según el expediente de autorización municipal, firmado en el año 2009, la autorización para ocupar el solar tiene un plazo máximo de 5 años. Por este motivo, el colectivo de Esta es una Plaza se ha propuesto negociar con el Ayuntamiento una solución que proporcione continuidad a este proyecto autogestionado. En este sentido, se han realizado, según el colectivo, contactos con personas próximas al Área de Urbanismo y Vivienda del Ayuntamiento de Madrid , el cual asegura no tener constancia de que exista ninguna reunión pendiente para tratar la cuestión, según ha manifestado a Actualidad Ciudadana a través de su gabinete de prensa. En cualquier caso, el tiempo pasa, y los plazos se agotan.