
Un taller de migas en el que participa una niña de 4 años, mojando el pan duro en agua fría, desmigando y emplatando, no tiene precio.
Sentir como unos zumos ecológicos de naranja y mandarina recorren tu garganta mientras el sol incide en tu perfil bueno, no tiene precio.
Una jornada de acondicionamiento de huerta-jardín que acaba con una comida sentados al sol, en un listón de madera sobre un murete de piedras, rodeados de cactus,...