Un taller de migas en el que participa una niña de 4 años, mojando el pan duro en agua fría, desmigando y emplatando, no tiene precio.
Sentir como unos zumos ecológicos de naranja y mandarina recorren tu garganta mientras el sol incide en tu perfil bueno, no tiene precio.
Una jornada de acondicionamiento de huerta-jardín que acaba con una comida sentados al sol, en un listón de madera sobre un murete de piedras, rodeados de cactus, y con el sol incidiendo de nuevo en tu perfil bueno, no tiene precio.
Y si además de pasar un día soleado, degustando manduca de la buena, rodeado de amigos, la comunidad de personas que frecuentan Esta es una plaza nos deja un bote de 175 euros para afrontar los gastos de agua del espacio (tras haber degustado migas y zumos ecológicos mientras el sol incidía en sus perfiles buenos), entonces...
Pues debería resucitar Lou Reed y cantar itś a perfect day mientras el sol incide en cualquiera de sus perfiles buenos.