domingo, 15 de diciembre de 2019

PASE LO QUE PASE...COMPOSTAJE


El domingo pasado tuvimos la suerte de recibir la visita inesperada de uno de los maestros compostadores de la @Redhmad, miembro de GRAMA, Ecologistas en Acción y tres veces ganador del #HumusFilmFesr de @LaCasaEncendida con sus hilarantes cortos sobre #compostaje: El gran Raúl Urquiaga.

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Nada más abrir la compostera su nariz de sumiller de la materia orgánica advirtió que el proceso aeróbico (con aporte de oxígeno) necesario para la descomposición de los restos orgánicos estaba haciendo agua y las bacterias anaeróbicas (aparecen en ausencia de oxígeno) estaban colonizando la masa de compostaje.
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Un cierto olor amargo a fermentación le dio la pista. Así que sacamos el compost y comprobamos que estaba muy húmedo, por lo que se estaba impidiendo la circulación de aire y nuestras bacterias aeróbicas comenzaban a jadear.
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El remedio fue rápido y eficaz: Sacamos los restos de la compostera, lo aireamos y añadimos una proporción equivalente de materia seca (restos de hojas y ramas troceadas) para que absorbiesen la humedad.
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En esta tarea recibimos la ayuda de una familia de espigadores, que recogieron las hojas caídas sobre el jardín para aportarlas a la compostera.
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Esta es una plaza es inclusiva con las bacterias anaeróbicas, todo la microfauna tiene su espacio en el jardín, así que al otro extremo de las composteras (territorio aeróbico), Lucía de Miogas y los colegas de Baubab bioconstrucción, construían un biodigestor (territorio anaeróbico) en el que a partir de los restos orgánicos de nuestra basura doméstica, obtendremos líquido fertilizante para los bancales del huerto, y metano (gas resultante de la descomposición anaeróbica de los restos orgánicos), que emplearemos en iluminar alguna zona del huerto.
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