miércoles, 12 de octubre de 2022

LA CREACIÓN DE UN PROTOCOLO PARA LA GESTIÓN Y CELEBRACIÓN DE EVENTOS EN LA PLAZA

LA CREACIÓN DE UN PROTOCOLO PARA LA GESTIÓN Y CELEBRACIÓN DE EVENTOS EN LA PLAZA

El reto de encontrar el delicado punto de equilibrio para lograr hacer y a la vez que respetar



Zona de juego infantil


Tras el largo periodo de auto-construcción de las estructuras tangibles, Esta es una Plaza inauguró una fase más centrada en el disfrute del espacio a partir del momento en que se habilitó la zona de juego infantil, los primeros bancos para el descanso y el teatro.

 

Fases de construcción del teatro con material recuperado dentro y fuera del solar.

Tras el largo periodo de auto-construcción de las estructuras 

Este es el momento en el que casi morimos de éxito. El solar de la calle Doctor Fourquet que habitamos está rodeado de viviendas. Y la zona está considerada como una zona muy tranquila de la ciudad, donde el ruido de fondo normal es muy bajo.

De repente los niños invadieron el espacio convirtiéndolo en un hermoso playground, vivo, alegre y mucho más ruidoso en algunas franjas del día y meses de calor. El espacio rodeado de un muro de ladrillo y de edificios es como una caja de resonancia, en donde los ruidos se amplifican según va subiendo el sonido. Lo que abajo parece un ambiente tranquilo, arriba, se parece a un patio de colegio.

A eso, le sumamos la actividad cultural que empezó a ocupar el teatro recién estrenado.

Hay que confesar que las protestas no se hicieron esperar. Intentamos improvisar, sobre la marcha, varias acciones para mitigarlas –como mejorar la comunicación de las celebraciones para que no cojan a nadie desprevenido–, pero cierto es que sin muchos resultados y el deseo de tener actividad y cuidar la convivencia se convirtió en un problema apremiante. Sobretodo cuando un año tras la inauguración del teatro, nos cayó una multa por exceso de decibelios.



Concierto musical en el teatro de la Plaza



Día de la multa en la celebración del Ier Encuentro de la Red de Huertos de Madrid.

Entendemos que la Plaza ensaya un modelo práctico de aprendizaje cívico, centrado en la generación de núcleos de interés y actividad que recurren a la investigación como medio de solución a problemas cotidianos que surgen o a planteamientos de mejora.

Tras hablar con el vecindario y analizar los éxitos y fracasos de los diversos eventos realizados durante ese primer año, hemos procedido a elaborar un protocolo de gestión para la celebración de eventos, y hemos creado un grupo especializado para mediar en el tema.

Este nuevo grupo de eventos ha sido el encargado de analizar el problema, vincularlo con los intereses del proyecto y su ideario, y conseguir mejorar la convivencia.

El diagnóstico de los factores más agresivos para el vecindario resultaron ser los siguientes:

  • Los eventos multitudinarios (de entorno a 150–200 asistentes).
  • La duración excesiva de los eventos (más de 1 hora).
  • Las voces en el teatro (por cuestiones de eco): especialmente interpretaciones teatrales, gritos y también los aplausos.
  • La música amplificada.
  • La densidad de los eventos (muchos en un periodo corto).
  • El horario de los eventos: hora de la siesta y anochecer son los más problemáticos.
  • También en verano, la actividad de jardín es intensa, los niñxs ya ‘queman’ bastante el cupo de ruido tolerable por el vecindario.
  • Un factor más benigno detectado: en invierno cualquier actividad es menos molesta porque están las ventanas cerradas y porque el frío y lluvia disminuyen la actividad.



Experimentando otros espacios fuera del teatro

Valores a destacar para crear las limitaciones de las celebraciones

Para la Asamblea está claro que somos un jardín y huerto antes que un espacio de eventos y que no queremos llenar el espacio de un público que venga solo a consumir la oferta cultural, sin respetar el espacio y su cuidado. Para ello hay suficiente oferta afuera, no es interesante competir contra ella.

Sería un buen baremo para poner límite al tipo de actividades, excluir las que no cumplan con el ideario de base, es decir, con los siguientes ejes de actuación: fomentar la sostenibilidad, crear de tejido social a través de la cultura y fomentar las pedagogías compartidas.

Otro punto importantísimo, de gran ayuda para reducir las propuestas, es que no se puede recaudar dinero en la Plaza, salvo en ocasiones muy puntuales, donde se identificaría el destino de la recaudación (casi siempre la auto-financiación, en 2 ó 3 eventos al año como máximo).

Y también, de ninguna manera, las personas individuales pueden cobrar en la Plaza por su trabajo, ya que ha de ser voluntario, una aportación a esta construcción colectiva. ¿Por qué ha de cobrar un músico, aunque sea con la gorra y donación voluntaria, y no cada una de las personas que invierten su esfuerzo en que el espacio esté verde y bello? ¿Es menos artista el/la jardinero/a que el que hace un espectáculo? Rotundamente no.

Es primordial, también, que las medidas que vayamos a crear, no nos conviertan en policías y deberían ser muy fácilmente implementadas mediante el sentido común. Por experiencia sabemos que las medidas que ejercen un poder autoritario sobre la gente, de forma excesivamente coactiva, crean situaciones un tanto violentas con el público desprevenido, y que ningún miembro del proyecto está realmente predispuesto a enfrentar.


Actuación de ‘Fabes de Mayo’ sin percusión

También nos preocupa evitar la destrucción de la espontaneidad de la vida y su poesía en nuestro edén, y considerando todo esto, hemos elaborado el siguiente protocolo:

1/ Declarar PERIODO ROJO los meses de mayo, junio, julio, septiembre y mediados de octubre (agosto es mucho menos problemático por la bajada de población). En esos meses rojos proponemos limitar las celebraciones «de gran ruidosidad» (eventos musicales, teatrales, de juego intenso, etc.), con aforo superior a 100 personas, a 4 celebraciones /mes e intentar que nunca sean dos días seguidos. Intentar siempre temporizar el impacto con 7 días entre medias.

2/ Música: no dar electricidad a los músicos, solo ofrecerles como mucho nuestro pequeño amplificador autónomo (tenemos comprobado que todxs sucumben a la tentación de excederse cuando hay corriente). Aunque siempre seremos sensibles a cada caso, este es el punto de partida que intentaremos cumplir. Se prohibe la percusión fuerte (tipo tambores, baterías rompedoras, etc), solo se permitirá para instrumentaciones musicales suaves.

3/ Teatro: Intentar limitar mucho el volumen de voz y gritos, ya que hemos comprobado que enerva mucho más que la música a nuestros vecinos (esta disciplina es la más dificil de controlar). Habrá que hablar muy detenidamente con las compañías, para intentar que desistan las más dramáticas, las más estridentes, bajo el peligro de no poder acabar la obra.

4) Limitar las actividades de teatro y música a 45 minutos (lo que siempre desboradará a una hora pero nada más). Es el límite del esfuerzo de paciencia que queremos pedir a nuestro vecindario, como mucho 1 vez por semana en los meses rojos. Los demás meses, esta duración máxima también se establecerá, aunque podrá ser más frecuente.

5) Respetar los horarios de siesta y anochecer en la medida de lo posible. No sobrepasar de las 23:00 horas máximo, el cierre del espacio. Sin embargo, una sesión vermuth (de 13:00 a 15:00 h) los domingos siempre ha funcionado a maravilla, ya que es un momento de mucha faena en los hogares y es altamente tolerada.

Somos conscientes que los días de mucha afluencia tienen un impacto sonoro de por sí solos alto.

martes, 11 de octubre de 2022

Descuidos o Sabotajes XVI

A pesar del título como llamada a la reflexión...

"Quienes se entregan a la venganza y se toman la justicia por su mano rara vez saben dónde está el límite".
Richelle Mead

Si - dejan todas las bicis desparramadas por el espacio.

No - debemos amontonar y atar con bridas.


acogiendo algunas plantas del jardín Gloria Fuertes

Hemos ubicado algunas por la plaza espero que os parezca bien, vino una chica del jardín Gloria Fuertes y  entre otros placexs, hemos decidido algunos sitios para ellas.

 






Taller del Huerto - martes 11 octubre / 10:30h

Trabajo en el huerto: los martes, jueves, viernes y domingos por la mañana a las 12:00h

(Se anuncia por el grupo de Whatsapp)

Si quieres participar en plantar semillas traete unos guantes y disfruta la mañana semillando, plantando, etc. 

Hemos puesto por los bancales las caléndulas que faltaban por poner....

 




LA RESPONSABILIDAD CÍVICA EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA

LA RESPONSABILIDAD CÍVICA EN LA CIUDAD CONTEMPORÁNEA

— Artículo escrito por el artista Juan Luis Moraza como síntesis de un proceso colectivo en el que ha participado.


Las ciudades contemporáneas ofrecen grandes posibilidades y retos de desarrollo personal y social, pero al mismo tiempo, conforme su extensión y la densidad de su población aumentan, se presentan tanto más inabarcables e incomprensibles, y en ocasiones incapaces de ofrecer una vida y una convivencia amable para los ciudadanos. Sea como unidad económica, como unidad política, como unidad demográfica, como unidad cultural, como unidad social, lo que caracteriza la ciudad contemporánea es la enorme complejidad, la necesidad de una continua negociación social capaz de conciliar intereses dispares, tanto públicos como privados. Dentro de los principios de las sociedades democráticas, el bien común prevalece frente a los intereses de índole privado, y, de acuerdo a la legislación internacional, las administraciones públicas, en sus diferentes ámbitos se encuentran comprometidas con la defensa de ese bien común por encima de los intereses ideológicos o financieros. Es responsabilidad de los poderes públicos la defensa y la protección del espacio y del patrimonio público, tanto natural como cultural, material o inmaterial.


Sin embargo, incluso en sociedades democráticas, las grandes cifras, los intereses globales, las políticas generales, los planes estratégicos, restringen o a menudo olvidan las políticas de proximidad, lo real de la vida cotidiana y los intereses de los ciudadanos. La ciudadanía corre el riesgo entonces de convertirse en sujeto pasivo de las imposturas omnipresentes de la publicidad, en unidad de financiación de los servicios, y en objeto de las políticas de las administraciones locales, a su vez sobredeterminadas por intereses contrarios a lo común. 



La ciudadanía está comprometida también a preservar ese patrimonio y ese bien común, incluso cuando las administraciones públicas, por sus propios compromisos o necesidades, puedan olvidar la naturaleza pública inviolable de esa propiedad. Si bien la estructura de la representación social se despliega mediante instituciones de administración pública, la titularidad y la responsabilidad final recae en la propia ciudadanía, que debe velar por un buen uso común de lo comunitario. Las iniciativas y las normativas implantadas por las Administraciones, por muy razonables o consensuadas que sean, resultan insuficientes para constituir una vida social armónica y una ciudad plenamente habitable sin el compromiso activo e interiorizado de los ciudadanos, responsables últimos de la calidad del espacio social.



La crisis de legitimidad de ciertos sistemas de representación política, la necesidad de reconsiderar algunos de los fundamentos de las sociedades del desarrollo y las formas de socialidad, la tendencia a pensar la vida de acuerdo a políticas comunitarias de proximidad, sostenibilidad, y negociación, el impulso para habitar la ciudad de modos solidarios y creativos, hacen que cada vez surjan más iniciativas ciudadanas basadas en la responsabilidad y en el deseo de participación, no tanto en la uniformidad –laboral, cultural, económica- sino en la diversidad de núcleos cívicos responsables y deseosos de establecer relaciones fructíferas de intercambio y servicio. 



La concentración demográfica en grandes ciudades supone además una importante concentración de talento y creatividad que contribuye inequívocamente a la prosperidad y la felicidad, haciendo ciertas ciudades especialmente atractivas. Algunos de los factores que convierten ciertas ciudades del mundo en “ciudades creativas”, inteligentes, vibrantes, ecuánimes y habitables son: 



- La existencia de espacios y tiempos que propicien una existencia barrial viva, que facilite las relaciones e interacciones interpersonales, interprofesionales, interculturales… 



- Un espacio cívico habitable y bello, que integre parques, jardines, paseos, lugares de reunión, huertos urbanos y, en general, que favorezcan una buena calidad de vida y un aprovechamiento de la climatología; 



- La coexistencia y convivencia de formas de diversidad, tanto cultural como biográfica, así como la existencia de espacios y medios que favorezcan la vida cotidiana de personas de todas las edades y condiciones —acceso a la vivienda, eliminación de barreras arquitectónicas, vías peatonales y cicloturísticas, densidad de tráfico, etc.—



…Estos factores explican la proliferación en todas las grandes ciudades del mundo, de espacios e iniciativas ciudadanas, ajenas a intereses mercantiles y promovidas por grupos cívicos, asociaciones y organizaciones, que hacen realidad el sueño de comunidades activas de aprendizaje recíproco y espacios autogestionados. Todos ellos brindan un ejemplo vivo de administración popular dirigida al bien de la comunidad. Todos ellos muestran los beneficios personales y sociales que provienen del ofrecimiento desinteresado de muchas personas para el surgimiento, el establecimiento y el crecimiento de estos espacios, tanto más valiosos cuanto puedan servir para educar a una nueva generación de ciudadanos más responsables, sabios, cívicos y creativos.





ESPACIO PÚBLICO Y TEJIDO SOCIAL


No habitamos porque hemos construido, sino que construimos y hemos construido en la medida en que habitamos, es decir, en cuanto que somos los que habitan. 


Martin Heidegger. Construir, habitar, pensar


Los seres humanos no sólo viven en sociedad, sino que crean sociedades para vivir.


Maurice Godelier. Lo mental y lo material



La acción de habitar en el sentido humano desde siempre pone el acento sobre la apropiación y la adaptación del ser humano a su entorno: el hábitat. El hábitat, en su concepción más amplia, es el lugar físico habitado por el ser humano quien, a través de prácticas transformadoras, lo configura. El hábitat es, también, el espacio resignificado y reconstituido por la cultura. En términos antropológicos, los asentamientos humanos suponen respuestas relativamente estables a las condiciones del habitar: la instrumentalización del medio ambiente, las relaciones sociales y afectivas, las formas de representación, el lenguaje y los símbolos… configuran nuestro habitar en el mundo.


Los aspectos negativos que se derivan de la mala gestión del hábitat son, tanto la contaminación biológica que afecta al medioambiente –aire, agua, suelo y seres vivos– como la contaminación psicofísica que tiene que ver propiamente con el ser humano y su estar en un determinado ambiente. Hay ciudades y zonas dentro de las ciudades donde vivir, permanecer o sencillamente pasear resulta más agradable que en otras; de ahí que de estar en uno u otro, resulte un privilegio. Un ambiente no puede evitar comunicar estímulos emocionales a los habitantes, por eso, tan fundamental es la conservación del medioambiente como su recuperación en términos de relación entre el espacio y su función social. 



Las formas de organización, las estructuras simbólicas, los principios y las formas de socialización son escisiones de los vínculos sociales que tejen el espacio público. De modo que la tendencia a considerar la vida urbana desde una perspectiva exclusivamente privada –como es la actual– contribuye a disminuir la participación del ciudadano en el espacio público, afectando directamente a la conformación de su identidad colectiva. 



Conforme la responsabilidad queda delegada en organismos y administraciones, resulta más acentuado el deterioro progresivo de la función social y la desatención del espacio público con los compromisos ciudadanos que éste conlleva. Sin embargo, sólo la implicación personal y activa de los ciudadanos puede propiciar un modo de habitar socialmente armónico y estable, y sólo cuando cada ciudadano se siente partícipe y responsable del espacio público, la atención y el cuidado se intensifican y los ciudadanos contribuyen desinteresadamente al bien común. En definitiva, la calidad del espacio público es proporcional a la implicación social de sus ciudadanos respecto a la construcción de la ciudad.



Entendemos el espacio público como parte de un espacio colectivo más amplio: aquel que es generado, transformado y habitado por lo colectivo. El espacio público tiene un papel protagonista en la construcción del espacio colectivo, ya que sólo a partir de aquel es posible restituir todo el sentido a la amplia serie de actividades que forman el conjunto de la vida colectiva, cada vez más dominada por la iniciativa privada y el capital privado.



La idea de poder intervenir mediante la toma de decisiones en la construcción y transformación del propio hábitat está fuertemente vinculada al concepto de desarrollo humano, según el cual, al hombre, al ser humano, no se le considera meramente como instrumento/objeto en la cadena de producción de bienes de consumo, sino siempre y, sin excepción alguna, beneficiario/sujeto del proceso de desarrollo. 



Si el desarrollo humano, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), suele definirse como el alcance de una vida larga y saludable, con acceso al conocimiento y a los recursos necesarios para un nivel de vida decente. A estos tres factores, hay que agregar, en palabras de Amartya Sen, la libertad política y social –en términos de participación y de oportunidades– para la creación de un ambiente propicio en el que las personas, tanto individual como colectivamente, puedan desarrollar todas sus potencialidades y contar con una oportunidad razonable de llevar una vida creativa conforme a sus necesidades e intereses. El desarrollo humano, en definitiva, no puede referirse solamente a la satisfacción de necesidades básicas, sino también al desarrollo como un proceso integral dinámico de participación.



Este proceso implica devolver el protagonismo real a las personas. Como definiría Max Neef, se trata de una visión a escala humana del significado de desarrollo que requeriría de una transformación estructural de abajo a arriba y un cambio en las políticas para generar y asignar recursos con el fin de fortalecer a las organizaciones locales y mejorar su nivel de independencia. Esto exige revisar las ideas tradicionales en torno a los recursos y pensar en formas alternativas para identificarlos y movilizarlos, dando relevancia a los recursos no convencionales, es decir, sin valorarlos en términos de coste, oferta y demanda sino poniendo en evidencia su dimensión cualitativa y su valor para movilizar potencialidades sociales como la creatividad, las sinergias, la identidad, la solidaridad y el saber popular.



Desde esta reflexión en torno al concepto de desarrollo, la participación ciudadana emerge como el instrumento esencial para influir en la satisfacción de las necesidades ciudadanas y fomentar el control crítico del individuo y de la sociedad. Es pues necesario, desde este enfoque, devolverle a la mirada su escala humana y prestar atención a aquellas iniciativas locales de intervención social para la mejora del hábitat. Son éstas, iniciativas que buscan la relación de actores y usos de forma más cercana y reconocible por los ciudadanos, que ponen en práctica la sostenibilidad social de las ciudades y hacen efectivo el derecho a la ciudad por parte de todos. 



Bajo esta óptica, el proyecto Esta es una Plaza defiende la acción local –desde lo cercano y cotidiano del barrio–, como modelo de reproducción social. Para la administración, esto supone, por un lado, asumir que los ciudadanos son sujetos titulares de derechos con capacidad para mejorar sus barrios, por otro, entender que los barrios son entidades vivas y organizadas, y, por último, reconocer el alcance de la acción participativa sobre la vitalidad urbana.



Es parte también del proyecto Esta es una Plaza la construcción de un tejido social impulsor de nuevas relaciones entre los participantes que permita el intercambio (de conocimientos, puntos de vista, informaciones, métodos de trabajo, etc.), a través del cual sea posible consolidar la idea de un grupo con fuerza para promover cambios a favor de objetivos comunes. El todo se basa sobre la construcción de consensos (1) y la construcción social del conocimiento (2).



(1) Los modelos tradicionales de resolución de problemas y toma de decisiones de carácter procedimental y mayoritario –que muy a menudo llevan a decisiones no compartidas, minorías infelices y soluciones pobres– tienen que dejar espacio a la experimentación de procesos en los que ir más allá de las fórmulas típicas para la creación de un debate creativo que permita generar las bases de un trabajo colaborativo de larga duración. Estos nuevos modelos (procesos deliberativos) son orientados a la horizontalidad y a la interacción, construyen de forma conjunta problemas, necesidades y soluciones y ponen en valor la cooperación y la reciprocidad.



(2) El paradigma de simplicidad del conocimiento opera mediante principios de separación, reducción y abstracción. O bien separa lo que está ligado (disyunción) o bien unifica lo que es diverso (reducción). Del pensamiento simplificador y su principio de disyunción se deriva la separación entre campos de conocimiento y su estructuración basada en su división en disciplinas tendentes a la autonomía a través de la creación de su propio lenguaje y el desarrollo de sus técnicas. Esta híper-especialización constituye un obstáculo para el propio desarrollo del conocimiento y supone su institucionalización, lo que monopoliza el conocimiento que la sociedad considera legítimo. Frente a eso, es necesario producir el conocimiento como un hecho colectivo cuya confrontación de ideas permita construir puntos de vista diferentes que se alejen de la objetividad en favor de la reflexión compartida. Las prácticas de participación imponen un cambio desde la híper-especialización del conocimiento que simplifica la realidad y separa las cosas de su contexto hacia la interdisciplinariedad que produce innovación y que tenga en cuenta los saberes informales y populares, esto es, aquellos saberes que vienen desde la práctica y la vivencia de un territorio.



En definitiva, el proyecto y la experiencia de Esta es una Plaza, apuesta por el fomento de la cultura participativa a partir de prácticas, espontáneas u organizadas por los habitantes, de construcción de la ciudad y de uso y transformación del espacio, que pongan en marcha nuevos sistemas de valores y permitan experimentar con instrumentos de participación directa, auto-organización, auto-gestión y auto-recuperación, requiriendo siempre la invención de nuevas relaciones entre los seres humanos y entre estos y el medioambiente y la técnica. Prácticas en las que las formas de relación son más importante que los contenidos y donde lo marcadamente trasformador radica en el cambio de estas formas de relación, creando nuevas redes y espacios de comunicación basados a menudo en las emociones, la confianza y la afectividad, y, por ello, capaces de contrarrestar los efectos de masificación del pensamiento único de la sociedad individualista. 



Por último, la construcción del proceso participativo de Esta es una Plaza tiende a crear las condiciones y a saber conjugar los siguientes valores:



QUERER PARTICIPAR: fomentar el sentido de pertenencia, identidad y afecto para motivar a las personas a incorporarse al proceso.



PODER PARTICIPAR: crear foros donde se pueda construir, tomar decisiones y gestionarlas. Estos foros pueden tomar diferentes formas: asambleas, jornadas de debate, espacios informales de discusión, etc.



SABER PARTICIPAR: trabajar la formación y el intercambio de saberes, para provocar saltos de lo individual a lo colectivo.




CULTURA, EXPERIENCIA DE APRENDIZAJE COLECTIVO 
Y CREACIÓN SOCIAL


CULTURA Y EDUCACIÓN


Estratos geológicos, fondos marinos, depósitos arqueológicos, vías de comunicación, calzadas, estaciones, fondas, cultivos, asentamientos, emigraciones, inmigraciones, conflictos, renovaciones, industrias, fiestas, memorias… Una cultura es el resultado de su historia. Desde las ciencias sociales, el concepto de cultura incluye todas las formas de transmisión por procedimientos no genéticos: una «cultura material» (tecnologías, objetos, dispositivos), unas construcciones simbólicas (sistemas de lenguaje y de conducta, reglas, costumbres, relatos, etc.), un sistema de vivencias (un régimen perceptivo, unas formas de imaginación, unas estructuras psicodinámicas y emocionales, etc.)… y, en definitiva, todo lo que constituye causa y efecto de la socialidad humana: sus relaciones sociales e interculturales –propiamente humanas- y sus relaciones con el medioambiente. Desde esta perspectiva, la sociedad es simultáneamente agente, proceso y resultado de la cultura. Y la cultura un sistema y un proceso continuo de aprendizaje.


Dentro de esta acepción antropológica, se incluyen diferentes contextos culturales especializados y que identifican campos del saber y la actividad humana: la cultura rural, la cultura urbana, las diferentes culturas territoriales o epocales, y también la cultura como un sector específico o profesional (que incluye las artes). 


Esta es una Plaza es una iniciativa que asume esta identificación sustancial entre cultura y educación, ofreciéndose como proceso distribuido de creación cultural. Esta es una Plaza abre en la ciudad un espacio para reconocer y recuperar cierta tradición de cultura cívica, como una red de vínculos donde todos trabajan para todos, donde todos aprenden de todos, intercambiándose todo aquello que cada uno necesita, alimentando los anhelos propios y ajenos. Por eso la civilidad implica la implicación social, una complicidad por encima de las diferencias de interés, o que integra los conflictos de interés en el orden superior del desarrollo convivencial. Ello no conlleva la eliminación de los conflictos en una suerte de paraíso irrealizable, o bien de una “inclusión social” que elimine las diferencias. Muy al contrario, la civilidad se articula como vínculo polémico y crítico entre identidades y diferencias, entre competencia y cooperación, entre la cultura y su futuro. 


Culturalmente, una ciudad es un artificio de supervivencia, cumpliendo funciones de protección, provisión, etc… Pero una ciudad excede su dimensión «funcional», en tanto supone una creación social, una experiencia cívica, un laboratorio de ensayos de convivencia que incluye conflictos y desencuentros. Más allá de la cultura, la ciudad contiene una dimensión o posibilidad artística. Esta consideración supone el paso de la noción de ciudad-mecanismo, a una ciudad-organismo, a una ciudad-obra, a una ciudad de excelencia, no definida desde su “normalización” sino desde su singularidad, desde su pluralidad.


Desde esta perspectiva, tratamos de implicar cambios significativos en la vida cultural de la ciudad desde los objetivos que se establecen en la Asociación y en el proyecto. Nuestro proyecto no tiene como último propósito dar acceso al ciudadano a ciertos servicios, actividades e infraestructuras, sino que es un espacio didáctico para la creación cívica que favorezca el incremento de un diálogo social y cultural de los ciudadanos y la administración.


La vitalidad democrática de una sociedad depende de la cultura política de sus ciudadanos, esto es, de sus competencias en términos de pensamiento, opinión, decisión, e imaginación, y de su disposición participativa y responsable. Por ello, la administración pública también tiene la responsabilidad de promover el incremento de la cultura cívica y colaborar con las iniciativas ciudadanas en procesos que incrementen la conciencia cívica para la convivencia activa. La didáctica social no se limita a la difusión de mensajes o la provisión de acceso a infraestructuras, sino que implica –tanto para los ciudadanos como para las administraciones, y mediante la participación-, favorecer el desarrollo de una cultura cívica, de un aprendizaje colectivo. El proyecto Esta es una Plaza se produce, de hecho, como un experimento cívico, como un laboratorio de ensayos de convivencia, con fisuras conflictivas, encuentros y desencuentros, como un ensayo de generosidad y de apuesta por lo común que trasciende los modos más convencionales o formalizados de participación, ensayando sistemas de didáctica social distribuidos.




DIDÁCTICA SOCIAL Y COMUNIDAD DE APRENDIZAJE


El espacio de Esta es una Plaza es fundamentalmente un lugar de encuentro y de aprendizaje colectivo para el vecindario donde se intercambian saberes y afectos. Se trata de un espacio de convivencia intercultural e intergeneracional dado que la dinámica que se ha desarrollado y potenciado en el mismo aboga por este tipo de encuentros. Toda la actividad de la Plaza está inmersa en el espíritu de participación colectiva y práctica vecinal autogestionada. Esta iniciativa se vincula a los tiempos de ocio y por lo tanto llega a formar parte de la vida cotidiana de las personas. 


Entendemos que Esta es una Plaza ensaya un modelo práctico de aprendizaje cívico, centrado en la generación de núcleos de interés y actividad que recurren a la investigación como medio de solución a problemas cotidianos que surgen o a planteamientos de mejora. Además se propicia un sistema de aprendizajes que en muchas ocasiones es resultado de generosas iniciativas individuales puntuales, pero que en otras muchas es consecuencia de procesos creativos distribuidos o en cascada, donde las múltiples aportaciones se articulan para propiciar dinámicas colectivas de aprendizaje recíproco. 


Desde su organización y su dinámica, el espacio proporciona el lugar para esta práctica, y transmite por sí mismo un modus operandi del ideario del proyecto. Las actividades nutren las ideas y las dotan de experiencia, creando intersecciones entre la cultura urbana y la cultura rural, entre culturas autóctonas y foráneas, entre experiencias profesionales y vivencias personales... La plaza proporciona una serie de zonas y actividades generadores de actividad que favorecen la colaboración y participación en torno a los mismos, estas zonas surgen como resultado de planteamientos generales de planificación; huerto, jardines, compostaje, construcción de un teatro, áreas de juego infantil y de crianza compartida… pero también como propuestas realizadas por intereses concretos (bicis, radio, bioconstrución,…) resulta especialmente interesante la porosidad e interrelación entre estas zonas lo cual favorece, como resultado, aprendizajes de tipo interdisciplinar.


El proyecto que se desarrolla en Esta es una Plaza tiene una gran componente educativa y divulgativa de valores cívicos y ecológicos, al ser un espacio donde se fomenta el mantenimiento sostenible mediante el compostaje de elementos vegetales, el reciclado de materiales, y su reutilización creativa en talleres colectivos.


Es importante además el fomento de encuentros inter-generacionales que permiten acercamientos entre niños, jóvenes y mayores improbables en las ciudades y las formas de vida actuales. Estos encuentros permiten una transmisión didáctica recíproca de saberes del pasado, de presente y del futuro. 


Esta es una Plaza fomenta la constitución de una comunidad de aprendizaje, un acontecimiento didáctico que se define y se actualiza permanentemente, como un ente vivo que se nutre de aportaciones comunes y personales desinteresadas que dan cabida tanto al ámbito afectivo como al político desde una postura de dialogo y debate constructivo y consensuado. La fuerza didáctica del espacio comunitario proviene de su proceso de desarrollo: 


a. Un espacio para una cultura compartida: Compartimos nuestras experiencias y opiniones. Las compartimos a través de la observación, la escucha, conversando e interactuando. Esta puesta en común une a las personas al proporcionar experiencias e ideas comunes. 


b. Utilización de la cultura para integrar y crear. Se trabaja la expresión pública.


c. El espacio transmite el modus operandi de nuestro ideario. Las actividades nutren las ideas y las dotan de experiencia.


d. Una escena abierta a todos y a la improvisación de la ciudadanía: Por ejemplo en nuestro espacio se improvisó que fuera el jardín de los bebés del barrio. Nadie lo había previsto, pero naturalmente, los progenitores encontraron en la configuración del espacio el lugar idóneo en el barrio para estar con niños de 0 a 3 años por las condiciones difíciles de encontrar en la ciudad (un lugar cerrado, seguro, amable, natural…)


e. Una escena para compartir unos valores colectivos vivos y siempre a debate.


f. Una escena para conocer a los vecinos. Cada vecino viene con su mejor cara a ofrecer lo que mejor sabe a hacer a la colectividad, lo que permite generar modos de colaboración para el bien común. Esto crea una escena de conjunción de saberes y experiencias que incrementa el nivel de conocimiento de la colectividad.


g. Pero a grandes rasgos dominan varios tipos de aprendizajes: medioambientales / reciclajes / compostajes, de destrezas varias (tejido, carpintería, mecánica, construcción...), organizativos y políticos (asamblearios, autogestión, de ciudadanía activa), culturales (artísticos, urbanísticos, ...), afectivos (tejido social, inclusión, intergeneracionales, …, de sentimiento positivo constructivo).


h. Un modo de realizar el aprendizaje de manera voluntaria, desinteresada, participativa, etc, esto supone acuerdos mutuos, encuentros, debates, intercambios, aprendizajes colaborativos, en cascada, distributivos, etc. 


A tenor de los comentarios que recibimos a diario por parte de los vecinos, paseantes y los cada vez más numerosos turistas que se acercan a visitarnos, así como el reconocimiento que esta experiencia cultural y didáctica ha adquirido en el ámbito universitario y cultural, nuestra iniciativa y actividad se plantean como una alternativa interesante que proyecta una imagen activa y positiva del barrio y por extensión de la ciudad y de sus ciudadanos, a los que ven implicados en el cuidado de la misma. 










lunes, 10 de octubre de 2022

Taller sobre insectos del huerto

 Este domingo 9 de octubre tuvimos el Taller sobre insectos del huerto


 

hibridxs - Espacio de Reunión - lunes 10 octubre / 19:30h a 21:00h

   El grupo de consumo Hibridxs realizará los lunes a última hora de la tarde (19:30-21:00) su reparto de verduras ecológicas, recién cosechadas de una huerta de Chinchón (Casasola)


 

Proyección retrospectiva de cortos sobre Esta es una plaza

 Este domingo 9 de octubre tuvimos una selección de cortos sobre  Esta es una plaza, una  Proyección en  retrospectiva.







 

Cristina Mirinda, narradora underground

 Este domingo 9 de octubre tuvimos la actuación de Cristina Mirinda, narradora underground.


 

Petanca

Este domingo 9 de octubre tuvimos Petanca, esperamos que se convierta en actividad regular en la plaza tras el estreno durante esta  jornada festiva.






 

Taller/degustación de infusiones

Este domingo 9 de octubre tuvimos el Taller/degustación de infusiones con las plantas de Esta es una Plaza, hicimos infusiones de la hierbabuena, mellisa, romero etc 



 

BiodiVERSOS – taller de escritura creativa

Este domingo 9 de octubre el grupo BiodiVERSOS hizo un taller de escritura creativa.



 

sesión vermut musical

Este domingo 9 de octubre tuvimos sesión vermut musical con Carol Carrubba y Ariel Lepa Catro + “postre” sorpresa











 

Cuentacuentos Kamishibai

Este domingo 9 de octubre el Cuentacuentos Kamishibai nos hizo reflexionar sobre la madre tierra y la importancia de tener espacios como Está Es Una Plaza. 

Teatro Kamishibai, cuentacuentos bilingüe (castellano/inglés) 


 

Agenda Madrid - Club de lectura infantil de la Asociación Abriendo Fronteras

El Club de lectura infantil que empieza hoy lunes 10 por la tarde en el Casino de
la Reina.

El club de lectura infantil que tiene varios objetivos:

* Generar una red de apoyo entre l@s niñ@s.
* Trabajar valores a través de la literatura.
* Fomentar la lectura.
* Mejorar las habilidades comunicativas.

La actividad está pensada para familias que habitualmente no pueden
permitirse actividades extraescolares. Es decir, en situación de
vulnerabilidad social. La idea es mantener el mismo grupo todo el año
para facilitar la buena relación entre sus integrantes.


 

Haciendo suelo

La materia que vayamos quitando, es mejor extenderla por el espacio debajo de los ailantos. En las composteras ya no cabe más. Es importante trocearlo para ayudar a hacer suelo.


 

domingo, 9 de octubre de 2022

Este domingo estamos de celebración - domingo 9 octubre / 10:00h a 21:00h

 

Esta es una plaza celebra su apuesta por otros 4 años

La Plaza acaba de presentar la solicitud de prórroga de autorización de uso del espacio y lo celebra con una jornada de actividades varias el domingo 9 de octubre

El pasado 1 de octubre, la asociación Esta es una plaza, colectivo que vertebra la autogestión vecinal del jardín y huerto urbano ubicado en la calle Dr. Fourquet 24, presentó de forma oficial la solicitud de prórroga de la autorización de uso concedida hace cuatro años por el Ayuntamiento de Madrid, cumpliendo así con lo establecido en el artículo 90.1 de la LPAP. De no ser prorrogada, la actual autorización expiraría el 12 de diciembre de 2022.

En el 2008, tras 30 años de abandono y a raíz de un taller de urbanismo en La Casa Encendida, se fue gestando la idea de recuperar este solar como espacio de convivencia y esparcimiento en uno de los barrios con mayor densidad de población de Madrid. Con el beneplácito del consistorio, el vecindario se puso manos a la obra para sanear, plantar, cultivar y cuidar este pequeño pulmón de 1400 metros cuadrados que, desde entonces, se ha convertido en un referente de innovación urbanística a nivel mundial. 

Con el fin de poner en valor el proyecto y celebrar su historia hasta la fecha, Esta es una plaza convoca este domingo 9 de octubre a una jornada de actividades varias en torno a los valores que promueve el proyecto: la autogestión como forma de promover la convivencia entre la vecindad, la implicación de la ciudadanía de a pie en la conservación de la biodiversidad, el aprendizaje colectivo, el trabajo colaborativo, la economía de trueque y el desarrollo de actividades culturales abiertas, gratuitas y participativas. Las actividades previstas son:

11:30 Teatro Kamishibai, cuentacuentos bilingüe (castellano/inglés) 
13:00 sesión vermut musical (Carol Carrubba- Ariel Lepa Catro + “postre” sorpresa)
17:00 BiodiVERSOS – taller de escritura creativa
17:00 Taller/degustación de infusiones
17:00 Taller sobre insectos del huerto
17:00 Petanca
19:00 Actuación de Cristina Mirinda, narradora underground
19:45 Proyección retrospectiva de cortos sobre Esta es una plaza


Como siempre, todas estas actividades serán gratuitas y abiertas al público general. ¡A por otros cuatro años!